
Releyendo mis anhelos infantiles
brotan de mis labios sin querer
manantiales
de canciones lentas
No consigo intentar
dejar de fumar
porque así me acostumbré a contemplar
el brillo que desprende
la cotidianeidad
cuando miro sin tratar de interpretar
A salvo en mi atalaya
esta noche juego en casa
a dejar volar
aquello que no pese demasiado
Las gruas pueblan los cielos de los barrios
mientras medito que quizá
fue una bendición
no poder cazar
mis sueños mas urgentes
En el gris
hay alquitrán y hay arcoiris
Casa a casa
nace una ciudad
Feliz melancolía de primera vez
quiero volver, volver, volver...
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