viernes, 15 de diciembre de 2006

Mi tesoro

Pablo Miranda era un jóven inquieto, nascido en Buenos Aires...o en Quito. Supo desde pequeño lo que quería ser de mayor; jardinero de palacio. Mientras los otoños iban cayendo, se sentía con más ganas de invadir, los recobijos de las almas que dormitaban a su lado; empezó a estudiarlas, les dedicó toda su atención, pero pronto se dió cuenta que no era fácil. Siguió con su proceso natural, desde la adol-ex-ciencia hasta la juventud, y no encontraba respuestas; se sumió en una gran depresión. Olvido, desdén, carpinteros borrachos que llaman a las 3... "Quiero salir de aquí", deciá constantemente; pero nadie le escuchaba...humo, dolor, lágrimas ensangrentadas; "nunca seré jardinero de palacio". Un dia, todo cambió, llamó a su puerta un clérigo conquense del siglo equis uve palito, y le contó la verdad del mondo, el verdadero sentido de su vida; "despierta, Pablo; deja de soñar y vuelve a tus raíces, te están esperando". A la mañana siguiente, importuna como siempre, abrió los ojos y vió una arboleda gigante, con helechos y pinos gigantes, se adentró en él y descubrió sorprendido lo que ansiaba desde niño; su palacio estaba ahí, gigante, azúl y gandúl (ohhhhhh). No habitaba nadie, ni una sombra, ni una voz, ni un ligero su su rho...pero era suyo, era su tesoro; decidió quedarse y bautizarle con el nombre de "Mi Palacio". Es tan solo una historia de ficción (pero sucedió en realidad)

Polichinela-

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sumamente interesante en exceso.